Nos encontramos delante un pequeño y acogedor sobreático de 41 m2 interiores, delimitado por una terraza en cada lado con unas bonitas vistas a la ciudad condal.

 

La característica principal del inmueble es su forma, un rectángulo alargado. Para poder conseguir una buena distribución y eficiencia del espacio, diseñamos un mueble a medida como pieza principal que recorría el largo de todo el espacio, adaptándose a cada una de las estancias de la vivienda. Tiene 12 metros lineales, modulados en diferentes alturas, con un máximo de 250 cm. y un mínimo de 45 cm. dando una gran protagonismo, para que este no pese visualmente lo revestimos en un color arena suave y materiales cálidos, aporta equilibrio a todo el conjunto.

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Entrando al piso nos encontramos con un banco y armario de bienvenida que se integran en el mueble y conforman un coqueto y luminoso recibidor, gracias a una mampara divisoria de aluminio blanco y cristal, que permite fluir la luz natural y crear una conexión visual con la zona de día, formada por una cocina abierta que consta de unos módulos bajos lacados en blanco con una encimera Calacatta y de unos módulos altos integrados en el mueble continuo, que esconden los electrodomésticos panelados, la despensa y almacenaje vario. De los módulos bajos, continua una original mesa volada de roble macizo que delimita la cocina del salón, creando así una península. El final del mueble está configurado por dos estanterías macizas de roble natural, a diferentes alturas, que conforman el salón, aportando una imagen de ligereza adicional.